Tras 400 años cerradas se vuelven a abrir las “ventanas del vino”, la forma más ocurrente de servir el vino para no contagiarse en la pandemia más devastadora que padecio la humanidad.
Tenemos que retroceder unos 400 años atrás y trasladarnos a Florencia en Italia, dónde los contagios por la peste negra o peste bubónica, no hacían diferencia entre ricos y pobres, por lo que construyeron en las paredes de bodegas y tiendas unas ventanas de tamaño pequeño, para poder servir vino por ellas ,de esta forma la distancia era segura para poder evitar el contagio…y así podían seguir disfrutando del mejor caldo: el vino, un producto de subsistencia y comercio a lo largo de la historia.
La peste negra, se llevó la vida aproximadamente de 200 millones de personas y duró varios años a mediados del siglo XIV.
Actualmente Italia es uno de los países europeo más afectados por el COVID-19, y por suerte podemos decir que este virus no tiene la misma mortalidad que en su día la peste negra, aunque los datos son alarmantes, por eso tras cientos de años cerradas se reabren las ventanas del vino en la Toscana siguiendo su tradición, pero con algún cambio ya que ahora no sólo nos ofrecen vino también podemos tomar helados, cafés, refrescos….
Si viajas a la Toscana, te recomendamos visitar la web Buchete del vino, pues además de contarte la historia de esta asociación, verás las fotografías y mapa dónde se encuentran las originales ventanas del vino en Florencia y en la región de la Toscana.
A quien no le apetece una ruta del vino así? Diferente! Eso sí, ten cuidado que hay muchas ventanas y podemos acabar un poco mareados!!